Por: Pepe Cureño
¿Qué significa ser Chairo? Según el diccionario de El Colegio de México se refiere a una: “Persona que defiende causas sociales y políticas en contra de las ideologías de la derecha, pero a la que se atribuye falta de compromiso verdadero con lo que dice defender; persona que se autosatisface con sus actitudes”, en otras palabras, el término alude a un ser humano que simpatiza con ideologías de izquierda, sin embargo, esta misma persona raya en un fanatismo hacia sus creencias políticas, por tal motivo, su proceder llega a ser incongruente entre lo que cree y hace.
Esta palabra suelo no utilizarla, porque en sí misma es peyorativa y clasista, pero si es descriptiva de una realidad que estamos viviendo sobre el fanatismo ideológico-político moderno/postmoderno, con esto no quiero decir que anteriormente no existieran fanáticos de un líder político, como muestra histórica podemos revisar el nazismo, donde la idolatría al Führer era incuestionable por sus huestes; sin embargo, con lo pasado el seis de enero en el Washington D.C. no es más que el reflejo del ascenso del dere-chairismo norteamericano originado por un líder populista.
En todos lados se cuecen habas dice el dicho, en todas latitudes existen los chairos de derecha o izquierda, siempre han existido con diferentes nombres, los ortodoxos-dogmáticos-fanáticos han sido un lastre constante en diferentes ideologías políticas alrededor del globo y de la Historia, ellos son el verdadero mal, pues en estos sujetos se encasilla la intransigencia férrea que no escucha de razones y cuando la ideología se vuelve dogma es altamente peligrosa.
Hoy, que en el Estado de México se conformó ya de manera legal la alianza entre el PRI-PAN-PRD con el firme propósito de crear un frente común contra la coalición que aglomeró MORENA-NUEVA ALIANZA-PT, la situación crea un ánimo de esperanza ante quién veía en MORENA un titán invencible, puesto que aludo a aquella famosa frase de: “Luchamos juntos o nos matarán por separado”, es decir, en un acto de pragmatismo político real, la izquierda, la derecha y el centro se unen para vencer electoralmente al kraken obradorista que a pesar de todas las pifias y mal manejo de la pandemia sigue de pie en las encuestas de popularidad, no obstante ello, no a parecerá en la boleta electoral en esta ocasión AMLO, con ello, la ventana de oportunidad para alcanzar el triunfo en los comicios se vuelve exponencial sin caer en un triunfalismo; todavía hay mucho por hacer.
Debemos de abrirnos a la alianza, no podemos ni debemos cegarnos, los intereses personales no deben de rebasar a los de la colectividad, pero para que este ejercicio se concrete con eficacia las y los candidatos deberán sumar a todas a las expresiones políticas de sus municipios y distritos electorales sin desdeñar a nadie, todo suma en estos momentos para obtener a la victoria, la soberbia debe de desaparecer de ellos y crear en conjunto una real plataforma electoral que enarbole también las causas ciudadanas de los diferentes colectivos sociales y asociaciones civiles, dejar a alguien fuera por pequeño que este sea sería un error garrafal.
La lucha de esta alianza deberá ser en contra de nuestros propios chairos que tenemos en el PRI, PAN y PRD que como puristas desdeñaran este ejercicio, entiendo que se desdibuja la ideología política de cada instituto político por una coalición electorera, empero dice la sabiduría popular que: a grandes males, grandes remedios, hoy saldremos a campaña en una contienda atípica por la pandemia, las estructuras jugarán un papel crucial para obtener el triunfo, no echemos las campanas al vuelo y mejor pongamos a trabajar; que el camino es largo y sinuoso pero en Hidalgo y Coahuila ya demostramos que no existe rival imposible de vencer.
¡Nos leemos pronto camaradas!