En agradecimiento por su valerosa labor, la presidenta municipal Angélica Moya Marín entregó estímulos económicos por 2 mil 500 pesos a bomberos, paramédicos y personal de protección civil municipal, además de 100 uniformes, seis motosierras y dos rompedoras de concreto, así como reconocimientos a elementos destacados.
En el marco del Día del Bombero, que se celebra cada 22 de agosto, y del 60 aniversario de esta corporación en el municipio, que fue fundada por taxistas voluntarios, la alcaldesa mencionó que “este gobierno municipal no sería igual sin ustedes, sin ese rostro amable, de esperanza, que sabemos que ahí está y que va a responder en los momentos más complicados”.
Apuntó que su gobierno trabajará hasta el último día para ofrecer mejores condiciones al personal de bomberos, atención prehospitalaria, protección civil, de dictámenes y opiniones técnicas, entre otros, en agradecimiento a su valentía, entrega y profesionalismo.
El titular de la Coordinación Municipal de Protección Civil y Bomberos, Moisés Minquini Matilde, expresó que ejercer esta profesión “significa proteger, prevenir, educar y rescatar a nuestros ciudadanos en caso de emergencia, son ustedes quienes dan tranquilidad a las familias naucalpenses cuando el desastre está presente. Me llena de orgullo la labor que desempeñan, siempre ponen en riesgo su vida para salvar a los demás”.
En representación de los festejados, el suboficial Luis Manuel Loranca Moreno recordó que “hace 60 años en Naucalpan, algunos vecinos taxistas, que sabían de la existencia de incendios en comercios o residencias, tuvieron la visión de ayudar a los ciudadanos y equiparon las cajuelas de sus taxis con cubetas y herramientas, se organizaron y desde entonces, empezaron a atender emergencias sin equipos especiales, solo por el deseo de ayudar a sus semejantes”.
Ejemplos de ello fueron servicios como el derrumbe del puente de Tecamachalco en el que quedaron atrapados infinidad de trabajadores que se dedicaban a la construcción; el incendio del mercado municipal, el rescate de trabajadores de las lumbreras en Barrientos, para lo cual los bomberos tuvieron que bucear en aguas negras”.
El pequeño Mateo García, quien con apenas 10 años de edad enfatizó su deseo por convertirse en uno de estos héroes: “No me veo en otro trabajo, recuerdo que mi papá me trajo a esta estación a los siete años y sentí una gran emoción, me subí al camión y estuvo padrísimo. Me gustaría decirles a todos los niños que quieren ser bomberos que se preparen bien porque es una profesión muy difícil”.
Dentro de las actividades realizadas para celebrar esta fecha se encuentran una misa ofrecida por Monseñor José Martín Méndez, rector de la Basílica de Nuestra Señora de Los Remedios, un cuadrangular de fútbol y básquetbol en el deportivo San Antonio Zomeyucan y una comida en honor a los vulcanos.
